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Reporta Secretaría de Salud Jalisco 100 casos de bulimia y anorexia al mes

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Mauricio Leija Esparza, paidopsiquiatra del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), indicó que la presión social ejercida a través de los estándares culturales es un elemento importante para desarrollar un trastorno alimentario


Toda su vida Samantha fue “llenita” y siempre le gustó comer. Desde que alcanzó su adolescencia, su familia constantemente la criticaba por su peso y sus hábitos alimenticios: le hacían notar cuando comía “mucho” y le decían que perdiera unos “kilitos”. 

Pocos meses antes de la fiesta de 15 años de su prima, fue cuando empezó todo: vio una telenovela en donde la protagonista padecía bulimia y pensó que era una buena idea.

“Así estuve dos años hasta que un día me descubrieron mis papás”, recuerda Samatha. “Sin embargo, siempre supe que lo que hacía estaba mal. No sospecharon nada hasta casi al final”.

Samantha es una de los cientos de jaliscienses que padecieron trastornos alimentarios en el Estado durante los últimos años. Durante 2014, Jalisco fue segundo lugar en número de casos (1,171) sólo después del Estado de México, según datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSa). Esto es, alrededor de un centenar de casos al mes, lo que ubica a la Entidad en la posición número 16 en una tasa por cada 100 mil habitantes.

Pero según reportes del primer semestre de este año, hay un alza en el fenómeno: Jalisco sigue en segundo lugar en número de casos, pero en tasa por cada 100 mil habitantes se ubica en la posición seis.

La anorexia, según la dependencia federal, es un trastorno alimentario en el cual la persona presenta una aversión al alimento que ocasiona inanición y una incapacidad para permanecer en un peso corporal mínimo. Mientras que la bulimia, se caracteriza por episodios de ingesta excesiva de alimentos acompañados por una sensación de pérdida de control y el uso de diversos métodos (laxantes, diuréticos o la provocación del vómito) para prevenir el aumento de peso.

 

Mauricio Leija Esparza, paidopsiquiatra del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), indicó que la presión social ejercida a través de los estándares culturales es un elemento importante para desarrollar un trastorno alimentario. “Tanto en la anorexia como en la bulimia solemos encontrar antecedentes de problemas de alimentación o de problemas afectivos como la depresión”, señaló el doctor Gustavo Cuéllar del CADE (Clínica de Ansiedad, Depresión, Estrés, Anorexia, Bulimia, y Comer Compulsivo). (Con información de El Informador)