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Sayulita: el colorido pueblo “Boho Chic” de la Riviera Nayarit

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Este pueblo costero se ha convertido en los últimos años en destino de moda entre los viajeros de todo el mundo, especialmente entre los amantes del surf

México, lugar muy popular entre los viajeros, esconde aún rincones inexplorados que han sabido preservar su identidad cultural y ofrecer experiencias turísticas  auténticas sin olvidar la responsabilidad con el entorno. Uno de ellos es Sayulita, un pueblo mágico que desprende color y positividad por todos sus rincones.


Sayulita es hoy en día uno de los destinos referencia del surf en todo el mundo gracias a sus playas de fama mundial y la calidad de sus olas. También se ha hecho muy popular entre aquellos que buscan un retiro con energía especial donde encontrarse en paz con uno mismo.

Clases de surf, retiros de yoga, compras de artesanía local, son algunas de las actividades más populares en este pintoresco pueblo que se ha convertido en un verdadero icono boho chic gracias también a sus coloridas calles y el espíritu de sus visitantes habituales.

En Sayulita se respira un aire cosmopolita, lo mismo puede escuchar a una chica hablando en alemán, a un joven encerando su tabla mientras platica en inglés o a una pequeña diciéndole en francés a su padre lo que desea desayunar. Tiene también una vibra similar a la que se promulgaba en los sesenta: amor y paz, encuentro con la naturaleza en un ambiente amigable y relajado. Jóvenes, adultos y niños conviven por igual en estas playas donde el sonido de tambores acompaña una plática entre amigos, una fiesta, una comida o la placidez de recorrer caminando a la orilla del mar.

Las opciones para hospedarse son amplias, ya que existen desde sofisticados hoteles boutiques de caprichosos jardines y confortables habitaciones, equipados con lo necesario para el descanso de cuerpo y mente: elegantes villas con todos los servicios para una estadía de lujo, pequeños y coloridos hoteles en los que se respira un ambiente familiar; búngalos o, siguiendo el espíritu aventurero, la posibilidad de acampar en alguno de los terrenos dispuestos cerca de la playa para el montaje de tiendas de campaña y estacionamiento de casas rodantes.

La gastronomía es otro imperdible de Sayulita con sus pequeños negocios de platillos típicos, panaderías con pan recién horneado, y elegantes restaurantes a la orilla del mar. También se puede disfrutar de una relajada caminata en sus calles empedradas en donde las galerías de arte y de artesanías mexicanas ofrecen los mejores regalos para el regreso a casa. Sin duda alguna Sayulita es un destino perfecto para devolvernos “el buen rollo” luego de la contingencia sanitaria.