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Brota emprendurismo pastelero y de postres en el puerto; bajan utilidades de panaderías

on . Posted in Puerto Vallarta

Con la pandemia del Covid-19, también llegó un inusitado emprendurismo. Preparar y vender pasteles, galletas, gelatinas, paletas, y diversos postres, se ha convertido en la actividad de varios jóvenes y adultos en los últimos meses. Y esto se puede apreciar más en las colonias populares y de clase media de Puerto Vallarta, incluyendo fraccionamientos grandes como La Aurora, Vallarta 500, Vallarta 750, Portales, Banus, Maralta, Balcones, Ecoterra, entre otros

Por Osvaldo Granados 

Ante el desempleo, reducción de salario o disminución de clientes, muchos vallartenses han visto en la repostería y venta de productos y servicios varios, la posibilidad de allegarse recursos económicos para paliar la situación y hacer frente a sus gastos. 

Preparar y vender pasteles, galletas, gelatinas, paletas, y diversos postres, se ha convertido en la actividad de varios jóvenes y adultos en los últimos meses. Y esto se puede apreciar más en las colonias populares y de clase media de Puerto Vallarta, incluyendo fraccionamientos grandes como La Aurora, Vallarta 500, Vallarta 750, Portales, Banus, Maralta, Balcones, Ecoterra, entre otros. 

Ofrecer casa por casa o departamento por departamento, es una modalidad común en la que incluso muchos emprendedores echan mano de sus propios familiares. 

A través de las redes sociales como WhatsApp y Facebook, también es común ver la vendimia de los nuevos emprendedores o “damnificados” de la industria turística.  

De acuerdo con Arnulfo Ortega Contreras, director general de pastelerías Don Chonito y presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas muchos trabajadores, principalmente de hoteles, restaurantes, antros y bares, fueron descansados obligatoriamente o de plano despedidos (más del 50 por ciento), ante el cierre de servicios que hubo desde marzo pasado, pero con el transcurrir de las semanas se dio el fenómeno de emprender o vender algo para subsistir. 

“Creció mucho la informalidad por el nacimiento de muchos emprendedores por la necesidad de alimento y de subsistir. Así surgió el que hace galletas o empanadas, donas, bolillo, flanes, pasteles, gelatinas, paletas, postres, en fin, todos con justa razón y con todo su derecho y libertad. Pero por otro lado, afectó a panaderías y reposterías establecidas”, reconoció Arnulfo Ortega. 

Acotó que “no estoy molesto, al contrario, yo nací así, con el emprendurismo, pero es importante entrar a la formalidad para que el beneficio sea real y más generalizado (…) incluso yo aconsejo que no se rajen, que pongan su fe por delante; y aunque muchas veces se gana o se pierde, siempre debemos buscar hacer las cosas de la mejor manera y a todos nos va a ir bien. El sol nace para todos, pero la informalidad no es buena”.

Finalmente reconoció que a varias panaderías y panificadoras, así como pastelerías, las ventas y utilidades se les han visto reducidas, especialmente las pastelerías por las restricciones o temores de hacer fiestas.