Dirigencia del Partido Verde en Vallarta cambia de manos; hay poca claridad y mucho desconocimiento
Aunque la dirigente municipal es Paola Paniagua Peña, muchos desconocen ese nombramiento, y en cambio señalan en el cargo al hermano del alcalde, Carlos Miyagi Munguía; otros mencionan al Gerente de Construcción de comunidad Ramón Chávez; y no falta quien de plano admite no tener idea de quién encabeza el partido
Por Osvaldo Granados
En Puerto Vallarta, el Partido Verde Ecologista atraviesa una transición poco visible para la ciudadanía: mientras gran parte de los propios simpatizantes desconoce quién ocupa la dirigencia local, ya está definido su relevo, el cual llegará desde las oficinas de Seapal.
Aunque de manera oficial la dirigente municipal es Adriana Paola Paniagua Peña, ex directora de Desarrollo Social en el gobierno morenista de Luis Michel, lo cierto es que muchos miembros del partido y hasta funcionarios del gobierno “verde” desconocen este hecho.
Entre las versiones que circulan, algunos señalan como dirigente al hermano del alcalde, Carlos Miyagi Munguía; otros mencionan a Ramón Chávez, y no falta quien de plano admite no tener idea de quién encabeza al partido en Vallarta.
PAOLA PANIAGUA CONFIRMA SU SALIDA
En entrevista, Paola Paniagua aseguró que continúa al frente, pero reconoció que sus días como dirigente están contados. “Está próxima la renovación. Como tal no tenemos una fecha de cuándo sucederá, pero sí ya estamos próximos (…) Estoy segura que en los próximos meses ya estará tomando otra persona este puesto”.
Sobre su permanencia o no en el partido, comentó se limitó a decir que “seguiremos apoyando, pero desde otro lugar”
EL RELEVO YA TIENE NOMBRE
De acuerdo con fuentes internas, “el virtual nuevo coordinador municipal” del Partido Verde será el psicólogo Paul Rodríguez, actual Jefe de Atención a Usuarios de Seapal, lo que confirma la estrecha relación entre el organismo operador del agua y el partido que gobierna Puerto Vallarta.
El cambio de estafeta en el Partido Verde ocurre en medio de una evidente falta de identidad y arraigo en la militancia vallartense, donde ni los propios integrantes logran reconocer quién es su dirigente, cuándo o cómo se dará el relevo, o cuáles son los postulados y estatutos.
