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En Jalisco el trabajo infantil está por encima de la media nacional y va al alza

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El trabajo infantil en Jalisco, que se encuentra por arriba de la media nacional, alcanzó ya el tráfico de drogas, la mendicidad forzada y el mercado sexual, revelan investigadores de la Universidad de Guadalajara

El trabajo infantil en Jalisco, que se encuentra por arriba de la media nacional, alcanzó ya el tráfico de drogas, la mendicidad forzada y el mercado sexual, revelan investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que detectaron este tipo de prácticas en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Es consecuencia, afirman, de las condiciones de exclusión e injusticia social que prevalecen en el país.

El fenómeno del trabajo infantil, lejos de ir a la baja, aumenta. Desde hace tres años en Jalisco se encuentra por arriba de la media nacional y con tendencia de incremento.

Los investigadores Ricardo Fletes Corona, jefe del Departamento de Desarrollo Social, y María Rita Chávez Gutiérrez, profesora investigadora del mismo departamento, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), en el Día Mundial de la Erradicación del Trabajo Infantil, que se celebró este lunes, señalaron que hay diferencia entre las cifras, pero son precisamente las del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) -que le dimos a conocer aquí- las que “sí reflejan focos rojos que se deben atender”.

El INEGI reporta cuatro mil 500 niños en el campo de Jalisco, con actividad de jornaleros agrícolas. No obstante, Chávez Gutiérrez puso en duda esa cifra, pues en sus investigaciones, tan sólo en el Valle de Sayula llegó a contabilizar tres mil 500 trabajadores infantiles.

“En 2008, la Zona Metropolitana reportaba tres mil 674 niños trabajando. De éstos, el 30.64% fueron niñas. Esto contrasta con las cifras que había en los años 80 cuando empecé a trabajar estos temas para el DIF. En esos tiempos la proporción de niñas difícilmente llegaba al 5%. Sólo en Guadalajara subió a 32%. Quiere decir que inexorablemente el trabajo infantil femenino ha venido aumentando. Eso implica mayor riesgo, una niña en calle la hace vulnerable a explotaciones y vejaciones”, apuntó Fletes Corona.

Resaltaron que los programas sociales que trabajan con esta población, dijo, son insuficientes. Pero luego, puntualizó Ricardo Fletes: “Estoy convencido de que el número de niñas y niños que trabaja en la calle ha venido aumentando, aunque se ha venido pulverizando en la zona urbana. Hay cruceros muy disputados, en Federalismo o Hidalgo y Javier Mina. Y ante la saturación del mercado se han ido a otros cruceros”.

Pero hay más aún, las nuevas formas de trabajo infantil que rayan en la esclavitud han sido detectadas en Zona Metropolitana, como lo detalla Chávez Gutiérrez en sus investigaciones, tales como: La explotación sexual en todas sus vertientes, la mendicidad forzada, la utilización de niños para distribución de enervantes, y en jornadas extenuantes de hasta 35 horas a la semana, lo cual, consideró, es demasiado para un infante.

El trabajo infantil, además, interfiere en su escolarización, afecta en su sano desarrollo y es peligroso y perjudicial para su bienestar físico y mental.

Fletes Corona y Chávez Gutiérrez coincidieron en que este fenómeno es consecuencia de un modelo económico desigual y las ineficaces políticas públicas en la materia, pero también de la irresponsabilidad social de los adultos que les endilgan a las niñas y niños una obligación que no les corresponde. (Con información de El Occidental)

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