EL DESTINO DE LA CONTEMPLACIÓN
La estaticidad que está en la naturaleza invita a la contemplación....la virtud es también la desdicha
Por Arturo Montero
Ya pasaron más de 15 años desde que inicié a editar videos utilizando videocaseteras. Posteriormente leía tutoriales de software para entender los programas no lineales. Era claro para mí que la edición iba más allá que cortar y pegar. Prefería invertir en libros de montaje cinematográfico que en aplicaciones y efectos digitales. Aprendí de Tarkovsky la relación que existe entre el tiempo, el espacio y el movimiento para que el fenómeno cinematográfico suceda. Estos 3 elementos están profundamente ligados a todo lo que se proyecta. Los protagonistas y sujetos de las historias se rigen de alguna manera por las pautas marcadas de estos aspectos en la narración y en las acciones. Fue una revelación cuando lo comprendí. Entendí que los seres nos vemos afectados por algo que es más grande que nuestras propias intenciones. El ritmo de lo que nos rodea y el espacio puede hacer que nuestros estados de ánimo y nuestra percepción de lo que es real se transforme. Es parecido a volvernos parte del ambiente y mimetizarnos con él. Perder la capacidad que tenemos nosotros mismos por decidir el momento de las acciones y dejar en manos de algo superior el resultado de nuestras motivaciones.
En Puerto Vallarta gozamos de espectaculares montañas, mar y atardeceres únicos. Cada una de estas virtudes que han servido para vender al puerto gozan de un movimiento propio. La estaticidad que está en la naturaleza invita a la contemplación. El habitante y el visitante se detiene a ver, a disfrutar, a poner pausas para no perder la belleza del momento. Sentarse en alguna banca viendo al horizonte, manejar bajo el cobijo de la montaña en verde-azul son imágenes cotidianas en la bahía. Hay un precepto ZEN que enseña que la virtud es también la desdicha. En ocasiones esa contemplación y relajación que nace de quienes vivimos en esta zona del país es llevada a otros ámbitos que no corresponden. Quizá por eso el ritmo que a nivel comunidad se vive de pronto parece lento. La actitud de muchos crea esa conciencia colectiva adormilada, expectante, esperando a que las cosas sucedan. La sensación de voltear al cielo, aguantar y alargar el momento hasta que las nubes son pintadas de colores se traslada a otros rubros de la vida comunitaria. Una vez más caminé por el centro y se ve vacío. Una vez más nada está sucediendo ni a nivel social, ni político, ni cultural y menos económico.
Los esfuerzos que existen en diferentes ámbitos son individuales. La colectividad se mueve al ritmo del mar tranquilo con la pausa de la montaña. Quizá por ello no podemos cambiar, quizás Tarkovsky nos quería explicar que de lo que nos orgullecemos es también nuestro propio calvario y que no podremos luchar contra ese ser superior llamado ALARGAMIENTO DE LA CONTEMPLACIÓN. La definición de Destino Turístico nos revela, como en la mitología le sucedía a los endebles hombres, que para algunos se vive el destino a ser estáticos, sin movimiento, lentos, incambiables e inmutables.
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