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Del vallartismo a la universalidad

on . Posted in Atisbando en la Bahía

En la ideología como muchas otras cosas estos conceptos funcionan. Suenan a un gran sueño. Ser ciudadano del mundo. La universalidad total. No hay barreras ni fronteras. Buen intento para justificar …

 

 

Por Arturo Montero 

No creo en los héroes, ni en el patrioterismo, ni en los símbolos que unen a los pueblos porque creo que ellos también son la causa de su separación. Evito las ideas nacionalistas.

Evito los localismos y me gusta la universalidad. No creo en las banderas, ni en los dioses aunque debo admitir que me apasiona leer las historias de Homero y encontrar las relaciones de las divinidades mitológicas que derivaron en el lenguaje de nuestro mundo actual.

De la globalización a los nacionalismos hay miles de kilómetros de separación . De estos a los localismos la geografía se vuelve a espaciar.

Sin embargo, aún es difícil para mi la aplicación perfecta de los conceptos en la práctica .

En la vida real el localismo y el respeto a lo nacional me parece adecuado cuando veo que en mi profesión se le paga a un extranjero más por sus servicios que a un mexicano aunque este último haga un mejor trabajo. Un ejemplo cercano con el que me enfrento usualmente se da aquí en Puerto Vallarta en el negocio de las bodas. En él es común que los coordinadores de eventos extranjeros decidan promover a sus paisanos fotógrafos en lugar de buscar el fortalecimiento de los profesionistas locales. Traerse a alguien de nuestro vecino país del norte a veces es una cuestión de estatus más que de calidad, pero cuando el cliente opta por el servicio de un mexicano en este giro se considera que el servicio debe ser más barato. Inclusive la retención de las comisiones por venta aumenta en ocasiones hasta un 30 %. El local tiene que pagar más por laborar que el extranjero que sin méritos viene a poner el precio y las condiciones por su trabajo. Nunca he sabido por qué razón pero para algunos coordinadores extranjeros de bodas específicamente así funciona. No tiene que ver con viáticos ni nada de costos extras que de antemano sabemos que existen es un asunto de idiosincrasia. Puede ser el mismo trabajo, pero si es mexicano es barato y si es local aún más.

Claro que esto deja en desventaja al profesionista nacional en contra del extranjero que cómodamente llega trabaja y se va. Regresa con un buen ingreso a su país al que con facilidad puede acceder a mejor equipo y nuevas herramientas.

Sin embargo mi confrontación de esta idea de localismo llega al pensar en el otro concepto , el de la universalidad.

Los localismos pueden ser limitantes para nunca ser ciudadano del mundo. Quizá alguien más como yo no entienda aun lo que sean estas dos ideas.

Posiblemente para lograrlo se debe aceptar al otro, los pros y los contras de que no existan barreras. Dejar entrar al mercado sin reproche. Eliminar esa desagradable sensación que se da cuando cierras los ojos a lo ajeno. Si es así entonces el vallartismo debería desaparecer. Esa queja constante contra lo que viene de fuera, llámese idea o persona. Aclaremos que a pesar de ser un destino turístico, vivir del visitante y recibirlo con los brazos abiertos existe una cerrazón para validar al extraño que desea aportar su visión de comunidad aprendida en una ciudad urbanizada o cosmopolita. Si y sólo si se acepta si llega como turista, come, se divierte y se va .

Por eso me preocupa no entender en la práctica total lo que es el localismo y la universalidad.

Quizá es la integración, el respeto de lo local y la forma en como se une con lo global, como una célula mas que le da unidad.

En la ideología como muchas otras cosas estos conceptos funcionan. Suenan a un gran sueño. Ser ciudadano del mundo. La universalidad total. No hay barreras ni fronteras. Buen intento para justificar la falta de identidad con lo cercano o una idea que para efectos prácticos aún está lejos de este realizador audiovisual.