Arranque sucio
El inicio del gobierno de Luis Ernesto Munguía González no ha estado exento de polémicas, fallas, sinsabores y controversias, y los temas y personas que han ensuciado el arranque de la administración municipal han sido varios y diversos
Por Osvaldo Granados
Errores y tropezones los ha habido. Una nómina robusta y en crecimiento, la intentona de desmantelar y cerrar el Centro Cultural El Pitillal, fracturas y celos en el equipo del presidente municipal, descontentos por puestos asignados, favoritismo a unos y desdén a otros en el quipo, exceso de asesores y sin justificación o comprobación de sus funciones, la negativa de sus propios regidores a la toma de protesta oficial en el Centro Internacional de Convenciones, todas esas situaciones y más podrían ser el tema de esta columna para hablar de un “arranque sucio”, pero no, nos centraremos en el tema de la basura.
Mientras en ciudades como Guadalajara las nuevas autoridades cerraron la puerta a renovar una concesión y el propio gobierno municipal decidió hacerse cargo de la gestión y recolección de la basura, en Puerto Vallarta el actual gobierno decidió que la administración municipal por sí sola no podría con el paquete, por lo que decidió hacer una licitación muy a modo para que la empresa Red Ambiental fuera la ganadora.
No es la primera vez que la gestión de la basura en Puerto Vallarta genera controversias. En el pasado, empresas como Proactiva y Envir Eau tuvieron la concesión para la recolección de basura con la promesa de mejorar la recolección, lo cual nunca ocurrió. En cambio, hubo incumplimientos, demandas, juicios interminables y mucho dinero público en disputa, tanto por el gobierno municipal en turno, como por las empresas privadas.
Ahora, por tercera vez, los vallartenses volvemos a tropezar con la misma piedra, bueno, dos: las empresas regiomontanas Red Ambiental Ciprés, y su apéndice, Red Recolector, S.A. de C.V. por un período de 15 años; ambas resultaron ganadoras de una licitación al vapor, hecha a la medida y con cuestionable transparencia, más que de forma, de fondo.
Esta situación ha provocado dudas y mucho malestar entre los ciudadanos, quienes a finales de diciembre vieron cómo el nuevo servicio de recolección fracasaba un día sí y el otro también. La ciudadanía esperaba que la nueva administración trajera soluciones efectivas, en lugar de perpetuar viejas prácticas que solo generan desconfianza y encabronamientos. Ya han transcurrido los primeros 100 días de gobierno y las mejoras no llegaron en materia de recolección de basura, por el contrario, se agudizaron en diciembre. En lo que va de enero, las aguas parecen calmarse, veremos si así siguen.
En este contexto, es crucial que la administración de Luis Munguía González tome decisiones y acciones claras y contundentes para demostrar que sí quiere y sí sabe gobernar, especialmente su séquito de funcionarios, cuyas responsabilidades, en muchos, son más grandes que su capacidad. De lo contrario, el "arranque sucio" de su gobierno podría marcar el tono de su gestión y afectar la confianza de los ciudadanos con miras a las próximas elecciones.
