Es tiempo de sembrar prosperidad para los jóvenes.
En constantes pláticas entre amigos, conocidos, familiares y demás he podido percibir su sentir en relación a la política y las diferentes maneras de cómo los mexicanos al frente de cargos hacen política. He escuchado cosas buenas, al igual que cosas malas, y la verdad predomina más los comentarios negativos.
Por Brandon Paul
Pero lo que más me llama la atención es nuestra participación como jóvenes ante la política y el momento en el que tenemos que ir a ejercer nuestro derecho y obligación política, o el tener un criterio ante un personaje o posicionamiento; Pues los jóvenes en México representamos el 29 % de la lista nominal, un porcentaje realmente relevante para la toma de decisiones de nuestro país, y que los cambios que queremos y necesitamos puedan transcender, pero lamentablemente ese gran porcentaje no se muestra en las urnas o en la participación directa o indirecta de la acción política- social.
Existe la situación en que jóvenes que adquieren por primera vez su credencial con un entusiasmo acuden a votar pero en el momento que va transcurriendo el tiempo ese entusiasmo y participación empieza a decaer provocando un panorama totalmente lamentable.
Toda esta situación de indiferencia, aborrecimiento hacia las contiendas electorales y actuar político tiene una razón, y es que realmente no estamos motivados y satisfechos por cómo se hacen las cosas en nuestro municipios, estado y país. Que al sector que más desamparan y le tienen menos consideración es a los jóvenes, cerrando puertas y dudando de nuestras aptitudes y capacidades, pues cuando a un joven se le trata como se debe, no defrauda; pero no todo está perdido, no siempre predomina lo negativo y es que si hay jóvenes con la voluntad de participar, de levantar la mano, de aprovechar esas oportunidades para poder aportar y mejorar nuestro entorno.
Creemos en las posibilidades y no en los obstáculos; estamos luchando para llegar a los espacios de trascendencia y ser escuchados, logrando así ser la voz de las incertidumbres juveniles.
Somos esos jóvenes que forman parte de ese 29% que decidimos elegir como queremos vivir, como queremos a nuestra ciudad. Estamos trabajando a diario para poder dejar de lado las viejas maneras de hacer las cosas y estamos perfeccionando la política con pequeñas acciones y voluntades de querer mejorar las cosas y de ahí por inercia contagiar al otro porcentaje del 29% para así erradicar esa apatía y descontento que se presenta, participando para las buenas causas y voluntades; logrando así re conquistar y re enamorar de la política, de nuestro municipios, estado y sobre todo país.
Pues cuando una persona se enamora de un alma buena, permanecerá fiel durante toda su vida, porque ama una cosa permanente y el alma de nuestro país es sin duda algo único y totalmente bello.