MARIGALANTE, MÁS QUE UN BARCO, UNA LEYENDA QUE SE DESPIDE DE PUERTO VALLARTA
El icónico “barco pirata” se hundió este viernes tras casi 40 años de navegar la bahía; una embarcación con historia, viajes por el mundo y un legado imborrable en la mente y corazón de miles de vallartenses, así como de millones de turistas nacionales e internacionales que vivieron experiencias que siempre recordarán
Por Osvaldo Granados
El inconfundible “Marigalante”, también conocido como El Barco Pirata se hundió la tarde de este viernes 10 de octubre, cerrando un capítulo legendario en la historia turística y cultural de Puerto Vallarta y la Bahía de Banderas.
Aunque la embarcación no llevaba turistas, la tripulación fue rescatada con vida gracias a la rápida intervención de la Secretaría de Marina, Protección Civil Jalisco y voluntarios.
UNA FALLA QUE APAGÓ CUATRO DÉCADAS DE HISTORIA
De acuerdo con reportes oficiales, una falla mecánica o eléctrica en las bombas de achique provocó el ingreso de agua en el cuarto de máquinas. El fuerte oleaje impidió estabilizarla, y pese a los esfuerzos, la embarcación terminó hundiéndose frente a las costas del puerto.
EL BARCO QUE NACIÓ COMO UNA OBRA DE ARTE
El Marigalante no era un barco cualquiera: era una réplica tipo galeón, construida con más de 30 clases de maderas tropicales, entre ellas guayacán, palo blanco, encino, machiche, pucté, palo rosa, fierrillo, caoba y cedro.
Su historia comenzó en los años 90, cuando fue construida en México y emprendió un viaje histórico desde el puerto de Alvarado, Veracruz, hasta Santoña, Cantabria (España) —cuna del primer cartógrafo de América y del primer mapamundi—.
UNA TRAVESÍA POR EL MUNDO
Durante su travesía, el galeón llegó a Sevilla, donde sirvió como museo flotante que exhibía monedas históricas, como las que correspondían al pago prometido por Cristóbal Colón al primer marinero que gritara “¡Tierra a la vista!”.
Tiempo después, la Marigalante regresó a México para recrear la Ruta de la Nao, navegando de Acapulco al Oriente y llegando incluso a Japón, como parte de la conmemoración de los 100 años de relaciones comerciales entre ambos países.
Su legado también dio origen a cuatro museos en el mundo: dos en Santander, España; uno en Balina, Australia; y otro ambulante, ubicado a bordo de la propia embarcación en México.
SU HOGAR FINAL: PUERTO VALLARTA
En 1997, el Marigalante llegó a Puerto Vallarta, donde encontró su puerto definitivo. Desde entonces, se convirtió en uno de los mayores atractivos turísticos de la región, ofreciendo recorridos diurnos y nocturnos, espectáculos piratas, cenas temáticas y vistas inigualables de los atardeceres en la bahía.
Durante casi tres décadas, millones de turistas nacionales y extranjeros disfrutaron de su tripulación, su espectáculo y su espíritu aventurero, convirtiéndolo en un símbolo inseparable del destino.
TRISTEZA Y NOSTALGIA EN REDES SOCIALES
Tras conocerse la noticia de su hundimiento, cientos de vallartenses y turistas expresaron su tristeza y nostalgia en redes sociales, despidiéndose con mensajes cargados de cariño hacia “el barco que fue parte de nuestras vidas”.
Uno de los mensajes más emotivos fue el del presidente municipal Luis Ernesto Munguía González, quien escribió en sus redes sociales: “Adiós viejo galeón. El Marigalante no solo fue uno de nuestros atractivos turísticos como un barco pirata, era parte del corazón de Puerto Vallarta. Verlo cruzar la bahía al atardecer era una postal viva que llenaba de orgullo a locales y turistas. Su hundimiento duele, porque con él se va una parte de nuestra historia, de esos símbolos que daban magia e identidad a nuestro destino.
Sin duda extrañaremos su espectáculo de fuegos artificiales con el que cada noche nos maravillaba en el malecón. Mi solidaridad con su tripulación