El histórico grupo fundado en 1940 por Beto Franco mantiene su fuerza cultural con 47 danzantes, quienes preservan una tradición que participa en alrededor de 50 peregrinaciones guadalupanas cada diciembre en Puerto Vallarta y demás regiones de jalisco y el país

 

Osvaldo Granados

La Danza Azteca, conocida como “La Danza del Pueblo”, cumple 85 años de historia en 2025, una tradición que nació en Puerto Vallarta en 1940, fundada por Roberto “Beto” Franco, pionero en integrar los bailes rituales prehispánicos a las celebraciones guadalupanas del pueblo.

Desde entonces, su sonido de caracoles, tambores y cascabeles se convirtió en un sello de identidad para las peregrinaciones decembrinas, hasta ser reconocida como Patrimonio Cultural del Estado de Jalisco.

UNA TRADICIÓN HEREDADA QUE SIGUE VIVA
Tras el fallecimiento de Beto Franco hace 16 años, la dirección del grupo quedó en manos de Pedro Curiel López, quien mantiene viva la esencia del danzante tradicional, instruyendo a niñas, jóvenes y adultos que hoy conforman la agrupación.

Actualmente, el grupo base está integrado por 47 bailarines, con edades que van desde menores de edad hasta hombres y mujeres de más de 50 años. A ellos se suman ramales y compañías que han surgido en empresas como Liverpool o que se han extendido hacia comunidades de Nayarit, donde también replican la tradición.

ENSAYOS, DISCIPLINA Y UN ARTE HECHO A MANO
Los danzantes comienzan su preparación desde octubre, ensayando en la isla del río Cuale, donde Pedro toca el tambor y dirige cada secuencia ritual.

El vestuario —penachos, faldellines, pecheras, lentejuelas y cascabeles— es elaborado por ellos mismos. Cada traje tarda hasta dos meses en completarse, inspirado en iconografía prehispánica que mantiene el vínculo simbólico con las culturas que dieron origen a esta expresión.

UNA TRADICIÓN QUE SE SOSTIENE POR FE, NO POR LUCRO
Aunque la danza es solicitada en distintos barrios y festividades, Pedro Curiel afirma que no existe un cobro fijo. Las presentaciones se sostienen con aportaciones voluntarias, “lo que la gente junte en la gorra”, dice, porque la motivación principal es la fe y las promesas pagadas a la Virgen de Guadalupe.

“Bailamos por amor y devoción. Cada integrante lo hace sin esperar nada a cambio. Lo importante es honrar a la Virgen y mantener viva la danza”, explica.

50 PEREGRINACIONES EN 12 DÍAS
Durante el 1 al 12 de diciembre, la Danza del Pueblo participa en 50 peregrinaciones, recorriendo colonias, barrios, empresas y templos de Puerto Vallarta, muchas veces realizando dos o hasta tres presentaciones por noche.

Además de su presencia local, el grupo ha representado a Vallarta en al menos seis ocasiones en la Ciudad de México, gracias al apoyo de personas que costean sus traslados.

MENSAJE PARA LOS VISITANTES Y VALLARTENSES
Pedro Curiel invita a quienes presencian la danza a reconocerla como una herencia viva:
“Que valoren esta tradición. La danza es nuestra identidad, un orgullo que compartimos con quienes vienen a vernos cada diciembre”.