Fracasa una vez más marcha de la Generación Z en Puerto Vallarta
Solo tres personas en el punto de reunión provocaron que la marcha no se realizara. Tres o cuatro personas más decidieron trasladarse al quiosco de la Plaza de Armas y ahí pegar cartulinas con mensajes de protesta contra el gobierno federal, Morena y la 4T

Osvaldo Granados
La apatía y desinterés volvió a imponerse. Por más intentos que algunos ciudadanos realizan para articular una movilización contra el gobierno federal, Morena y la llamada Cuarta Transformación, en Puerto Vallarta la respuesta presencial simplemente no llega.
Este domingo 14 de diciembre, la marcha convocada —principalmente dirigida a la llamada Generación Z— fracasó de nueva cuenta, al igual que el pasado 15 de noviembre a la que acudieron un centenar de personas. En esta ocasión, apenas tres personas acudieron al punto de reunión establecido a las 10:30 de la mañana en el hotel Sheraton, sobre la avenida Francisco Medina Ascencio.
UNA CONVOCATORIA SIN RESPUESTA
El plan era marchar de manera silenciosa por la avenida Francisco Medina Ascencio, la avenida México y hasta llegar a los Arcos del Malecón donde se realizaría un mitin. Sin embargo, el reducido número de asistentes hizo inviable cualquier intento de movilización.
Mientras tanto, otros cuantos simpatizantes prefirieron dirigirse directamente al quiosco de la Plaza de Armas, donde colocaron algunas cartulinas con consignas contra el gobierno federal, Morena y la 4T.
DEL DISCURSO VIRTUAL A LA AUSENCIA EN CALLES
Las imágenes de invitación difundidas previamente en redes sociales apelaban a consignas como “Por un México más justo, seguro y libre”, “El pueblo callado jamás será escuchado” y “No sé qué está más roto, si mi corazón o mi país”. No obstante, el mensaje no logró traducirse en presencia ciudadana real.
El contraste volvió a ser evidente: en redes sociales la inconformidad se multiplica, pero en las calles predomina la indiferencia. La protesta física, abierta y visible, sigue sin encontrar eco en una ciudad donde la crítica al gobierno parece quedarse, una vez más, en la comodidad —y a veces el anonimato— del espacio digital.




