Ganarle al sistema
Me queda claro que quien logra sobrevivir es el que encontró la luz en el camino y decidió a su modo jugar con las reglas del sistema
Visto está que cuando se trata de buscar ganar un concurso gubernamental para desarrollar un proyecto , una beca de estudios para salir al extranjero, la búsqueda en algún fondo o recibir algún beneficio de nuestro bondadoso sistema mexicano, la mayoría de las ocasiones al final una gran parte de los participantes queda inconforme. Si hablamos de arte pareciera que son los mismos nombres elegidos, los que ya tienen trayectoria , los de apellidos de abolengo o los que en teoría y sin razones no tienen que estar haciendo nada ahí pero están por ese entretejido de relaciones que se dan en todos los ámbitos. Relaciones que a mediano plazo se retribuirán los favores mutuos ya sea en poder, o con el mundano corriente, pero muy deseado dinero.
Analizando la Ley de Estímulos Cinematográficos y los fondos nacionales que existen para producir cine en México, caí una vez más en la reflexión obligada y necesaria que uno se hace cuando se emprende cualquier proyecto que necesita el apoyo de nuestro sistema y las instituciones.
Hay tres puntos de vista al respecto que influyen en la determinación para abordar el reto .
El primero es que el acceso se dará al capaz, aquel que por selección natural debe estar allí, no al más talentoso, pero si al que supo cultivar relaciones, al que fue asesorado por alguien que le enseñó los secretos para brincar las piedras. Al que sabe que hasta para evitar la fila del banco debes pagar una tarjeta preferencial.
El segundo punto de vista corresponderá a la realidad más cercana y pesimista para la mayoría de los mexicanos. La que experimenta cualquier persona que tiene un objetivo simple y claro. Esa realidad es a la que se enfrenta un individuo promedio que decide emprender o reclamar lo que inclusive por derecho le corresponde como puede ser un adulto que solicita su pensión por toda una vida de trabajo. El mexicano promedio termina cansado de no entender los laberintos y escondites del sistema. Agotado de esperar en una fila, absorbido por la serie de papeles, sellos, firmas y copias que hay que llevar . Este sistema busca desesperar y abrirle una posibilidad ligera a quien tenga el don de la paciencia. La realidad es que para la mayoría el designio del destino es la única opción. “Que sea lo que Dios quiera” dice la frase que tan enraizada está en la colectividad. El sistema mexicano mata a los espíritus débiles y los pone al descubierto quizás al final de las vidas cuando la misma persona se confronte y reflexione en que alguna vez tuvo sueños que no cumplió.
En una tercera posibilidad están los que dentro de sus virtudes viven con perseverancia. Dentro de esta visión está la profesionalización absoluta en todos los aspectos y no solo en el área técnica a la que uno por afinidad se incorpora. En mi área por ejemplo no bastará ser un cineasta que conoce el lenguaje y el movimiento de la imagen, hay que saber de administración y gestión de proyectos, pero eso no es suficiente si no se habla con las personas indicadas, si no se incluye, si no se hace grupo. Ser perfecto y no dejar ningún vacío que posteriormente pueda ser utilizado en nuestra contra.
El acceder a un fondo de apoyo para hacer una película como muchas otras cosas más en la vida no es una cuestión sólo de talento y si de disciplina y persistencia .
Me queda claro que quien logra sobrevivir es el que encontró la luz en el camino y decidió a su modo jugar con las reglas del sistema.