LA ESTÉTICA DE LO ROJO
Si bien es cierto que dentro de la fotografía roja existe amarillismo y el ansia por vender, también lo es el hecho de que el poder de la escena que en ellas se encuentra es algo irreproducible que otorga a la imagen características que la vuelven única. Además de otorgarle al fotógrafo ese punto de vista que sólo el mundo de lo inerte da.
La fotografía de nota roja es una categoría despreciada por una gran parte de los creadores visuales y a su vez de las más vistas por el público que no busca propuesta estética en un crucero de avenida y si la información noticiosa, morbosa y llamativa.
En las escuelas de arte y comunicación es común encontrar el menosprecio a este género periodístico. En la lista de los trabajos de fotografía que la misma academia desaira está posiblemente en los primeros rangos. Sin embargo, es en este género donde muchos creadores hacen escuela e inclusive artistas de otras disciplinas convergen.
Enrique Metinides fotografió incidentes policiacos, desastres o accidentes viales con una gran sensibilidad artística. Una de las fotografías más famosas de Metinides es "Adela Legorreta Rivas atropellada por un Datsun". El maestro Metinidez con 50 años de experiencia cubriendo la fuente policiaca logró hacerse de un nombre que trasciende el género, debutó en la galería Blum & Poe de Los Angeles, y ha expuesto desde 2002 en importantes museos de Europa, incluida la Casa de América, en Madrid.
Everardo González, cineasta documentalista y quien actualmente busca una nominación al Oscar por su película “Cuates de Australia”, no se priva en comentar que una parte de su carrera fotográfica la hizo esperando lo cuerpos del Semefo (Servicio Médico Forense) sentado en la banqueta fumando cigarrillos en la madrugada.
Teresa Margolles, es otra artista mexicana que elige trabajar gran parte de su tiempo en la morgue y reitera su interés en hablar del contexto social que vive nuestro país .Teresa emerge del mundo del arte para desarrollar su obra en el terreno de lo rojo. Sus recursos van desde la fotografía hasta el performance. La muestra “Encobijados” exhibió cobijas con las que se envolvieron los cuerpos de víctimas de ejecuciones en México.
Si bien es cierto que dentro de la fotografía roja existe amarillismo y el ansia por vender, también lo es el hecho de que el poder de la escena que en ellas se encuentra es algo irreproducible que otorga a la imagen características que la vuelven única. Además de otorgarle al fotógrafo ese punto de vista que sólo el mundo de lo inerte da. Podríamos decir que es un género que no todos deciden abordar porque podría implicar llevar en sueños las últimas imágenes en la vida de una persona. La foto roja suena a silencio, a bala, a lamento, a rezo, a impacto, a abandono, a ese mundo que todos llegaremos de una u otra forma.
La poesía de esta imagen dependerá de quién está detrás de la cámara, ellos serán los encargados de encontrar el verdadero espíritu estético en la imagen. Me parece un asunto de visión y no de temática. Lo más importante es identificar como creador ese momento en donde la realidad coincide con el arte y como público lograr discernir entre, si lo que estamos sintiendo en nuestro corazón es un golpe de arte que deja su huella, o un mero sentimiento que lleve como resultado a una contaminación visual de nuestros sentidos.
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